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jueves, 13 de agosto de 2015

Leo, te odio por mentir


Te odio Messi. Lo digo sin temor a represalias. Pero no te odio por el escudo que defiendes, ni por amargar a mi equipo cada vez que juegas contra él. Te odio porque mientes Leo.

¿Por qué haces que todo parezca fácil? ¿Por qué nos haces creer que no te cuesta? Messi, estás mintiendo al fútbol. Se supone que no eres delantero y bates todos los registros, parece que te repites una y otra vez pero realmente eres imprevisible. Te odio porque cuando todos pensábamos que estabas acabado has vuelto con toda tu magia. 

Mientes Leo. Tú sabes que mientes. Porque entras por el centro de la zaga cuando dicen que por ahí no se puede pasar. Porque rodeado de rivales regateas y escapas. Porque tu pase, predecible y aparentemente fácil de interceptar, siempre da en el clavo. Te odio porque haces creer que todo está bajo control y agitas el mundo en segundos.



Todo en ti miente Leo. Y como antes, tú lo sabes. Miente tu estatura porque eres un gigante. Miente tu cuerpo porque llegas más alto que nadie. Mientes a la física moviéndote a la velocidad que lo haces. Mientes viendo huecos que un humano no ve.

Habla Messi. Sé sincero y cuéntanos de dónde has venido. Mientes reafirmando tu condición humana cuando muchos sabemos que procedes de un planeta en que el que, en vez de con pan, se nace con un balón bajo el brazo. Tú mientes a la gente haciéndole creer que pueden existir más como tú. Y eso, Leo, es irreal, tanto como que algunos duden de ti. Pero por lo que más te odio Messi, es por hacerme cambiar de ideas. Tú como mentiroso me hacías mentir. Yo decía que había otros mejores que tú. Pero mentía Leo, igual que lo haces tú.

Por eso te odio pequeño genio mentiroso. Por eso, y porque odio reconocer la validez del refranero español, y en este caso uno es perfectamente aplicable: del amor al odio, hay un paso.

    

sábado, 14 de septiembre de 2013

Agridulce debut galés


La gran atracción galesa debutaba con el Real Madrid en partido oficial. En territorio hostil, Ancelotti optó, incomprensiblemente, por darle la titularidad al nuevo fichaje pese a que llevaba demasiado tiempo sin jugar. El partido, además, contaba con el aliciente de que ambos equipos habían conseguido la totalidad de los puntos disputados.

La primera media hora fue del Villarreal. Presión, criterio con la pelota, juego en equipo, y calidad, por supuesto calidad, porque tienen más de un jugón que sabe levantar al público de sus asientos. En definitiva, una confirmación de que han vuelto para quedarse. Por el Madrid nada de nada, solo alguna incursión de Cristiano para que no pareciera que en el Madrigal jugaban solo los locales. La estrella merengue, esta vez y para avivar polémica, fue Diego López. El gallego se ha empeñado en darle la razón al técnico italiano. Si no hubiera sido por él, los blancos habrían encajado más de uno.
 
Con el primer y merecido gol amarillo, obra de Cani, el Madrid pareció espabilar ligeramente y comenzó a estirarse hasta que Bale, que había estado totalmente desparecido, empujó en boca de gol un perfecto pase de la muerte puesto por Carvajal. Ahí el galés se sacudió la presión y empezó a dar destellos del gran jugador que todos saben que es. 
Cuando el árbitro dio paso al segundo tiempo de la contienda, el Villarreal hizo lo mismo que en la primera parte. Perdonar demasiado, aunque bien es cierto que la defensa del Madrid contribuía a ello. Isco iba ganando cada vez más peso, y eso favorece enormemente a su equipo. El partido se iba trabando con continuas pausas, y cumplido el minuto 60, el cartel luminosos anunció dos cambios blancos con el objetivo de darle otro aire al equipo. Bale e Illarramendi (que volvía de su lesión) daban paso a Di María y Khedira. Apenas cinco minutos después, el Real Madrid demostró que mantiene algo del gen Mourinho. Contragolpe letal comenzado por una genialidad de Isco, y Cristiano con gran suerte, introduce el balón en el fondo de la red.
Con el partido en contra, Marcelino García Toral decidió dar entrada a Uche, que años atrás ya le había aguado una fiesta al Real Madrid con el Recreativo de Huelva. Los blancos, mientras, intentaron dormir el encuentro, tanto que alguno de los jugadores se lo tomó a pecho, de otro modo no se entiende que Cani realizara un eslalon sin oposición que obligó a Diego López a hacer otra magnífica parada. Giovanni Dos Santos, atento al rechace, empató el partido dándole vida de nuevo a un Madrigal que nunca acabó de creerse el ir perdiendo.
Ancelotti, viendo que se le escapaban los tres puntos, dio entrada a Morata por un desmotivado y desesperante Benzema. Dos Santos también salió del césped con un estadio rendido a sus pies agradeciendo su esfuerzo. A partir de ahí, el cansancio o la desgana hicieron mella en los jugadores y el ritmo del partido bajó en picado, solo alguna ocasión aislada que tendía a caer en saco rato. El pitido que señaló el final dejó la impresión de que el Villarreal volverá a acercarse a aquel conjunto maravilloso que fue, y que el Real Madrid de Ancelotti necesita aún bastante para carburar y alcanzar el techo tan ilusionante que presenta en sus alineaciones.

martes, 10 de septiembre de 2013

Gracias, Rafa.



 

Tumbado en el suelo de Nueva York y con las manos tapándose el rostro, Rafa Nadal contagiaba de nuevo con su pundonor a todos los aficionados al tenis congregados frente a las televisiones que admiraban, con los ojos como platos, la tremenda gesta del mejor deportista español de la historia.

En un auténtico duelo de titanes, el balear volvió a mostrar su mejor versión para doblegar a otro de sus congéneres. Novak Djokovic sucumbía inevitablemente ante la zurda mágica de Rafa. Los dos tenistas parecen venir de otro planeta, sus duelos ya han alcanzado la categoría de leyenda situándose como los más repetidos en la historia de este deporte. Nadie duda de que salvo sorpresa mayúscula, siempre son los grandes favoritos para los torneos, pero eso es otra historia.

La de ayer, por la que merece la pena escribir, es la de Rafa, nuestro Rafa. Ese chico al que vimos crecer desde que en 2005 mordía su primer Roland Garros, desde ese día, ha habido pocas penas y muchas alegrías en forma de títulos. Pero si algo ha conseguido Nadal es que la inmensa mayoría de españoles le adoren. No es un divo, ni se considera una estrella, no hace bailes absurdos cuando gana, no tiene celebraciones irrespetuosas, es un hombre humilde que dedica su vida a jugar al tenis para disfrute propio y de aquel que le ve jugar. Sus valores son aún mejores que sus habilidades con la raqueta, y eso es decir mucho.
Por ello, tanto en mi nombre como en el de muchos, debo decirte: GRACIAS RAFA. Tanto por tu forma de actuar, de la cual deberían tomar ejemplo muchas de las personas expuestas constantemente a la opinión pública, como por tu tenis, porque nos has enseñado que aunque haya obstáculos siempre se pueden superar.


viernes, 17 de mayo de 2013

Good Bye Sir David


Ayer, el futbolista más mediático del mundo durante la primera década del siglo XXI anunció su retirada de los terrenos de juego. David Robert Joseph Beckham se marcha con un buen puñado de títulos en su palmarés y con la certeza de haber sido el mayor exponente del modelo fútbol-marketing en la historia del deporte rey.

Sir David pasó sus mejores años a las órdenes de Alex Ferguson en el Manchester United, allí se hizo un nombre, con el siete a la espalda, los seguidores de Old Trafford disfrutaron de una de las piernas derechas más precisas del fútbol. Un futbolista a la antigua usanza, luchador, con carácter, ganador y con unos centros capaces de hacer pichichi a cualquier delantero. Eso era Becks dentro del campo, fuera de él todos los sabemos. No era un icono, era “El icono”. Las marcas del mundo sabían que la imagen del inglés era garantía de éxito y de ventas. Sus cortes de pelo innovadores, su boda con una de las cantantes más famosas de finales de los 90, aquellas celebraciones con los brazos abiertos y el maravilloso siete agitado por las miles de almas que celebraban eufóricas sus goles, hicieron de él una divinidad en el marketing.

Él mismo, con el beneplácito de su esposa, se encargó de enfocar así su carrera. Después de ser la banda derecha del Manchester United durante casi una década, decidió fichar por el Real Madrid, su paso fue más bien discreto, aunque compartió cartel con los denominados galácticos. En la mente del madridista, se sigue pensando que su fichaje fue más un tema económico que futbolístico. De hecho, se rumoreaba que ante la imposibilidad de llevar el número 77 (la Liga solo permite hasta el 25 excepto a canteranos con ficha de segundo equipo) escogió el 23 por ser el número de Michael Jordan, el jugador más mediático del baloncesto.

En la casa blanca dejó imágenes para el recuerdo, quizás la más importante fue la llamada “Liga del Clavo Ardiendo” que consiguió en la temporada 2006-2007 con Fabio Capello como entrenador. “Becks” pasó del ostracismo a figura clave en cuestión de meses. Su garra y pundonor contagiaron al Bernabéu y las remontadas imposibles acabaron por quitarle la liga a un Barcelona en declive.


Tras ello se marchó a los Ángeles Galaxy, no sin antes recibir una memorable ovación que le brindó el Santiago Bernabéu el mismo día que consiguió el título liguero. Su aventura americana se interpretó como un claro guiño a su carrera como figura de la moda, y aunque el bueno de David seguía dejándose todo en cada partido, el nivel de la MLS no era el mismo que en Europa. Sus deseos por jugar el Mundial de 2010 le devolvieron a Milán donde una rotura en el tendón de Aquiles desechó definitivamente su participación con el combinado inglés en aquella Copa del Mundo que después levantaría su ex compañero Casillas. En el último año de su carrera se unió al París Saint Germain en el mercado invernal firmando una participación más bien testimonial, aunque eso sí, jugó las eliminatorias frente al Barcelona, levantó el título de campeón de Ligue 1 y donó la totalidad de su salario a fines solidarios.

El guante más mediático del fútbol nos deja. Como las grandes leyendas, nunca será olvidado y su figura perdurará en forma de lanzamientos de falta y asistencias milimétricas. Otro eterno centrador que siempre ondeará en la memoria de los aficionados al fútbol. Fue un verdadero placer verle en cualquier equipo. Hasta siempre Sir David. 


martes, 2 de abril de 2013

Stephon Marbury. El lento fallecer del talento.


Hace unos pocos días revisé mis antiguos pósteres de la NBA. Sabía perfectamente que tenía de Iverson y Michael Jordan, mis dos grandes ídolos, sin embargo, otro jugador exhibía ante mí su poderoso salto en una entrada frente a los Wizards. La mirada fija en la canasta, el rostro reflejando el esfuerzo, entonces le recordé y hoy quiero hacerle un pequeño homenaje a uno de los grandes jugones del primer lustro del siglo XXI.


Stephon Xavier Marbury nació en el barrio de Brooklyn en 1977, pronto empezó a destacar como jugador de baloncesto y sus primeros pasos en la NBA lo llevaron a los Minnesota Timberwolves, actual equipo de Ricky Rubio. Allí coincidió con Kevin Garnett, que pese a llevar solo un año en la franquicia de Minneapolis, ya contaba con la vitola de estrella. Su sociedad parecía demoledora y presentaba un futuro más que prometedor para ambos jugadores. Un buen primer año y un sólido liderazgo les llevaron a playoffs, pero con el paso del tiempo, el afán de protagonismo de Marbury empezó a crear conflictos con la directiva. Tanto es así que 1999 decide pedir el traspaso y firma por los New Jersey Nets, allí se confirma como estrella y disputa los All Star de 2000 y 2001 aunque no es capaz de meter al equipo en la lucha por el título de campeón de la NBA.

En 2001 se marcha a los Suns coincidiendo con un recién llegado llamado Amar'e Stoudamire y con otro talento como Shawn Marion. Allí permanece tres años hasta que finalmente su sueño se ve cumplido. Stephon Marbury firma por los New York Knicks, el equipo de su infancia. En el conjunto neoyorquino pasa cinco años en los que consigue una medalla de bronce con el combinado nacional americano en las Olimpiadas de 2004. Si por algo fue conocido “Starbury” en ese campeonato fue por endosarle 31 puntos a la España de Gasol y Navarro llevando a los estadounidense a las semifinales. Pero a excepción de esa medalla, su etapa en los Knicks será más recordada por sus desencuentros con entrenadores y directiva que por sus triunfos.

En 2009 firmó por los Celtics en un último intento por conseguir un anillo de campeón. No lo consiguió. Boston le ofreció un contrato con el mínimo para un veterano pero lo rechazó. Quería alejarse del baloncesto, solo una multimillonaria oferta de un equipo chino le hizo cambiar de idea. Lleva jugando en la liga asiática desde 2010 donde parece, acabará su camino como jugador.

Para los amantes de la NBA, Marbury siempre será un base talentoso, un “destroza-tobillos” con un crossover espectacular y una descomunal capacidad de salto que desaprovechó sus innatas condiciones por tener la cabeza muy poco amueblada. Fumar marihuana, ser detenido en un control de alcoholemia, grabarse en vídeo durante veinticuatro horas, chupar vaselina o ser expulsado del propio Madison Square Garden son algunos de los comportamientos negativos de este jugador que afirmó ser “el mejor base de la NBA”. Lejos ha quedado esa afirmación, pero sus jugadas, afortunadamente, siempre podrán disfrutarse.


miércoles, 12 de diciembre de 2012

Ni Chitalu, Ni Chitala


El cronómetro del Benito Villamarín marcaba el minuto 25. Messi combina con Iniesta, el ocho del Barcelona la cede de tacón y el pequeño argentino fulmina red y récord de una sola estocada. 86 goles (de momento) en un año. Revienta el anterior registro en manos del "Torpedo" Müller y todos los detractores de la Pulga comienzan a elevar la voz con una sola palabra, Chitalu.

Parece un nombre de algún dios de culturas extinguidas pero no es así. Se trata de un delantero de Zambia que logró la friolera de 107 goles. Al principio suena a cachondeo, pero pronto el nombre del fallecido delantero comienza a sonar con atronadora fuerza por las redes sociales y a convertirse en algo serio.

No es por desmerecer la cifra de 107 goles, la cual parece cierta y es, por lo menos, digna de mención pese a no estar reconocida por la FIFA. Sin embargo hay varias cosas que me hacen pensar. En primer lugar hasta que Leo no estuvo cerca de la cifra récord nadie rescató el nombre de Chitalu, la mención solo era para Müller. En segundo lugar y más importante, comparar la cantidad de goles que marcó un delantero en la liga Africana de 1972 (aún sumando los partidos internacionales de Zambia) con los que ha marcado Messi en la mejor liga del mundo, y en unos tiempos en los que el fútbol ha evolucionado a un nivel mucho más físico, es cuanto menos un disparate.

Como es lógico la polémica y el desacuerdo es una de las más sabrosas salsas de la vida (¿Qué sería de nosotros sin el debate?) pero con el récord de Messi ocurre lo mismo que el año que Cristiano superó el registro goleador de Hugo Sánchez y Zarra en Liga convirtiéndose en el mayor goleador de la historia de la competición española. Los detractores buscaron fallos, se encomendaron a la cantidad de penaltis lanzados por el portugués (igual que ahora se hace con Messi) y variopintas chorradas más que no hay por dónde coger.

¿Por qué no aceptar la realidad tal como es? Lo que ha hecho Messi es descomunal e inhumano y el récord está batido. No busquen tres pies al gato. Ni Chitalu, ni Chitala. La marca la superó un pequeño argentino del que todos conocemos el nombre.
 
 

martes, 3 de julio de 2012

El Tercero en Discordia


 

Es curioso el problema de memoria que tiene el fútbol. Cada campaña las portadas de la prensa internacional reclaman el Balón de Oro para un determinado jugador. Sin embargo, en años en los que se celebran Eurocopas o Mundiales el personaje adquiere una nueva dimensión mediática. Entiendo que el Balón de Oro prima al mejor jugador del mundo, sin embargo, creo que el reconocimiento debería ser el colofón a una temporada grandiosa de manera individual.

 
En el año 2010 el Inter de José Mourinho conquistaba el ansiado triplete, Copa, Scudetto y Champions. Un jugador ejerce de timón en toda la maquinaria creada por el portugués. Wesley Sneijder, repudiado por el Real Madrid, se convierte en un individuo que gana todo a nivel de club y además consigue un subcampeonato del mundo. Curiosamente, Messi (que en esa temporada solo ganó una liga) se lleva el ansiado galardón dorado. El podio lo completan Iniesta (cuya temporada se salva por el gol que nos da el Mundial) y Xavi que sí ejerce de arquitecto perfecto tanto en el Barça como en la Selección. Sneijder ni siquiera entra a formar parte del podio. 

Con esta nueva temporada acabada parece difícil que Messi y Cristiano se mueven del primer y segundo puesto. Pero analicemos el tercero. ¿Qué candidatos hay para ocupar esa tercera plaza? Memoria selectiva. Cuando acabó la campaña antes de la Eurocopa algunos medios pedían un reconocimiento para Didier Drogba, una Champions, su Champions, una FA Cup en esta temporada y una carrera llena de éxitos le avalan. Comienza la Eurocopa, Pirlo (que previamente había ganado el Scudetto con la Juventus) enmarca su temporada con un campeonato digno de admirar. Se convierte en el creador de juego de la escuadra italiana y consigue llevar a los suyos hasta la final, aunque en ella es totalmente desactivado por el centro del campo español.

Ahí entran en juego Xavi e Iniesta. Uno es la creación hecha jugador de fútbol, el otro un todoterreno, le da igual regatear estático que en carrera, último pase, desahoga el juego y se convierte en la cabeza pensante de la Roja cubriendo la repentina desaparición del fatigado Xavi. Dos candidatos firmes. Ambos con una Copa del Rey y una Eurocopa, Iniesta con la ventaja de ser MVP de esta última “Euro”.



Pero si me permiten rizaré el rizo. La temporada de Sergio Ramos ha sido para que cualquier editorial publique fascículos con las lecciones defensivas del sevillano. Seguro al corte, salida de balón más que decente, nobleza y corazón en cada jugada, se incorpora al ataque con criterio y es un gran cabeceador. No solo ha sido el eje defensivo del Real Madrid durante toda la temporada, además lo ha sido de la Roja sustituyendo al mejor central que ha tenido España en los últimos diez años, lo cual debería ser un punto de reflexión para los votantes del Balón de Oro.

Por último y como colofón final, es imposible pasar por alto la figura de Iker Casillas. Decía Víctor Fernández (ex entrenador de entre otros mi Celta de Vigo) hace varias temporadas  que posiblemente habláramos del hombre más decisivo de la Liga, pues se trata del jugador que más puntos acumula para su equipo al final de cada campaña. Con la Selección se ha confirmado como el gran líder dentro y fuera del terreno de juego, lecciones de humildad constantes, unos reflejos felinos y la capacidad de aparecer cada vez que un rival llega a portería. Un hombre apodado “el Santo” debería, como mínimo, figurar en ese podio que encumbra a los tres mejores jugadores del mundo. Este chaval madrileño se ha convertido en un mito viviente de la historia del fútbol. Su legado posiblemente sea irrepetible y el Balón de Oro le encumbraría como el mejor portero que muchos hayan visto.



Hagan ustedes memoria y plantéense la reflexión acerca de quién debería ocupar ese podio. Pues no es tan fácil como parece, quizás encumbrar a unos sería desmerecer a otros. La elección parece que únicamente coronará al tercero en discordia, pues primer y segundo puesto tienen pinta de estar asegurados…¿o no?